27 febrero 2014
Se buscan pantalones.
Lo siento, pero para mi es inevitable no expresar mi opinión y decir lo que siento sobre lo que pasa en mi país. Llega un momento en el que tienes que tomar una posición. Y aquí ya no se trata de política, se trata de justicia, se habla de la violación de derechos humanos. Y no hay quién la represente, no existe el que la haga cumplir.
Es la Venezuela más desequilibrada y desnivelada en todas las posibles perspectivas, que he podido leer desde los libros de historia que pasan por mis manos y lo que he visto con mis propios ojos.
Hago un último llamado, doy un último grito de solicitar ayuda a la gente decente que quiere y ama a este país. A los que al recibir un sable y pronunciar un juramento se comprometieron con la defensa de un país y sus ciudadanos.
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